ANTENAS ASESINAS

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ANTENAS ASESINAS

sábado, 23 de abril de 2011

72 CASOS DE CANCER --UNA VECINA A LA QUE TODOS TEMEN

Concurso provincial de Periodismo Rodolfo Walsh 2010
Una “vecina” a la que todos temen
(investigación inédita)
Por Fabricio Cejas y Mariano Gómez
– Mayo 2010 –
2
”Periodismo es difundir aquello que alguien no quiere que se
sepa, el resto es propaganda. Su función es poner a la vista
lo que está oculto y, por lo tanto, molestar. Tiene fuentes,
pero no amigos. Lo que los periodistas pueden ejercer y, a
través de ellos la sociedad, es el mero derecho al pataleo, lo
más equitativa y documentadamente posible. Criticar todo y
a todos. Echar sal en la herida y guijarros en el zapato”
Horacio Verbitsky
“El periodista de investigación elabora una información producto
de un número indeterminado de fuentes y de un análisis
personal de datos, contrastados con mayor o menor eficacia
que lo conducen a comunicar una noticia sobre la realidad,
que por su configuración o naturaleza, estaba destinada
a permanecer oculta durante un período de tiempo indefinido.
El periodista investigador comunica una información
que, sin su explícita intervención, nunca o muy difícilmente
hubiera podido aflorar”
Pepe Rodríguez
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Una “vecina” a la que todos temen
En una zona de 40 manzanas que rodean una antena de telefonía celular,
hay 72 casos de cáncer. La Municipalidad ordenó el desmantelamiento
de la torre, pero la causa ‘duerme’ en la Justicia Federal. Los
científicos alertan sobre la nocividad de las radiaciones, que alumbran
día y noche a los residentes de dos barrios del sur de nuestra ciudad.
Por F.C. y M.G.
Blanca Nieto, una médica jubilada, sostenía la hoja con firmeza. Escrita
con lápiz, a modo de borrador, contenía los nombres de 22 vecinos de
una pequeña zona del sur de la ciudad de Córdoba, compuesta por diez
manzanas. Todos habían enfermado de cáncer en los últimos siete años,
como si se tratara de un brote epidémico.
Ella lo desconocía, pero en sus manos tenía el punto de partida de una
investigación que elevaría la nómina a 72 afectados en 40 manzanas. 55
más que los esperados por las estadísticas oficiales.
La lista había sido elaborada por residentes de los barrios San Fernando
e Iponá, quienes realizaron un conteo provisorio, sumando los casos que
conocían entre sus vecinos. Entre los 22 enfermos, mencionaban niños e
incluso familias con más de un afectado.
Los vecinos no ocultaban sus sospechas, y señalaban como culpable a
una antena de telefonía, instalada desde hacía diez años sobre un terreno
de la calle Quirno Costa al 578, entre ambos barrios. También desconfiaban
de los transformadores de energía y de los derrames cloacales
que, a veces, “perfumaban” algunas de las calles principales. Pero, la
mayoría coincidía en que, desde que la torre de comunicaciones fue emplazada,
la palabra ‘cáncer’ había comenzado a sonar más seguido.
“Mucha gente enfermó y algunos vecinos murieron de golpe. Lo peor
de todo es que las autoridades no nos dan respuesta. Es como si nos les
interesara”, dijo en aquel entonces Ernesto Lipi, presidente del centro
vecinal de ambos barrios.
Para profundizar el trabajo de los vecinos, decidimos visitar el resto de
los domicilios que rodeaban a la antena
poco más de mil puertas. La ruta tomó referencia de un estudio
realizado entre 1994 y 2004 en Naila, Alemania, donde se descubrió que
las personas que vivían a menos de 400 metros de las estaciones de base
tenían tres veces más probabilidades de contraer cáncer que aquellos que
residían fuera de ese radio
Cáncer de mama, de pulmón, de ovario, cerebral, de esófago, de ojo, de
vejiga, de riñón, de colon, leucemia… En total, fueron registrados 72 casos
–todos diagnosticados en los últimos siete años– en 40 manzanas.
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Considerando que sólo dos tercios de los residentes ofrecieron respuestas,
la cifra podría haber sido más elevada.
Con los datos recolectados se confeccionó un mapa que parecía marcar
una tendencia: la mayoría de los enfermos residía cerca de la antena. Es
más, a pocas cuadras de la estación señalada por los vecinos, había otra
torre de telefonía móvil, alrededor de la cual el número de afectados
volvía a acrecentarse
1. Durante tres meses fueron golpeadas2.(ver “Cáncer, uno por uno”).
Alarma en el colegio
A 150 metros de la antena, se encuentra la escuela Dante Alighieri. A
la institución concurren cerca de mil alumnos de los tres niveles iniciales,
muchos de los cuales cursan en régimen de doble turno.
Sus estudiantes participaron hace tiempo de un abrazo solidario a la torre.
¿El motivo? En el transcurso de dos años, cinco compañeros enfermaron
de cáncer.
“Primero falleció un chico de leucemia. Luego, a otros dos les detectaron
tumores cerebrales y, ahora, una chica que egresó en 2008 está siendo
tratada con rayos. En total, contando una niña más en jardín, son cinco
casos ¡Cinco en dos años, es mucho!”.
La frase pertenece a José Conesa
despacho, explicó con asombro la situación que se vive en el establecimiento.
“Lo más curioso es que los chicos que enfermaron cursaban en
las aulas que dan hacia la antena”, apuntó.
Conesa tiene dos hijos cursando en la institución y trabaja en el colegio
desde 1997, cuando éste estaba ubicado en calle Ituzaingó, en el centro
de la ciudad. “Desde ese año hasta 2001, que nos mudamos a Iponá, recuerdo
que un sólo chico enfermó de leucemia”, comentó.
Para el vicedirector, la situación era clara: “De los cánceres que hubo
desde que nos mudamos, el 95 por ciento fue por la antena, ya que nunca
tuvimos la cantidad de casos que tenemos ahora”, enfatizó.
Mientras Conesa hablaba, un niño se acercó a la oficina, quejándose de
un fuerte dolor de cabeza. “Éstos dolores se repiten a diario, y para mi
son por la antena”, indicó el vicedirector. “Por día, unos diez chicos acusan
dolores de cabeza. Les pregunto a directores de otras escuelas y me
dicen que en sus establecimientos no ocurre lo mismo. ”, agregó.
3, vicedirector del nivel primario. En su
Datos oficiales
La gran cantidad de casos registrados alrededor de la antena ameritaban
el análisis de un especialista. Horacio Barri, epidemiólogo y ex secretario
de Salud municipal, brindó su opinión.
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5
– ¿El número de afectados puede indicar la presencia de un agente
cancerígeno en la zona?
“Hay que comparar la cantidad de enfermos con la media esperada porque,
si la sobrepasa, es una señal de que ahí ocurre algo”, contestó.
El especialista se refirió además a la diversidad de patologías oncológicas
que se enumeraban y sostuvo que la variedad no desestimaba la importancia
del relevamiento.
Siguiendo la pista otorgada por Barri, se llegó al subsuelo del Hospital
de Niños, donde funciona el Registro Provincial de Tumores. Allí, se recopilan
estadísticamente todos los casos de enfermos oncológicos reportados
de manera oficial dentro de los límites de la provincia. Esos datos,
a través de un entrecruzamiento con los registros poblacionales del Instituto
Nacional de Estadísticas y Censos (Indec), permiten elaborar informes
periódicos para saber cuántos casos de cáncer hay en Córdoba y si
esa cantidad se encuentra dentro de lo previsto.
“Análisis epidemiológico de la distribución del cáncer”, se leía en la
portada del cuadernillo
y cuadros comparativos. Entre sus conclusiones, resaltaba que cada 100
mil varones que habitaban nuestra ciudad, 248 padecen cáncer. Entre las
mujeres, la proporción es de 209 enfermas cada 100 mil.
Es decir, se espera que 0,25 por ciento de los varones y 0,21 de las mujeres
de la Capital padezcan enfermedades oncológicas. Sin embargo,
algo muy distinto ocurría cerca de la antena de la calle Quirno Costa. Al
entrecruzar los datos del Registro con los del Indec para esa zona, se
concluyó en que 0,86 por ciento de los varones y 0,78 por ciento de las
mujeres padecían cáncer. Dos órdenes por arriba para cada sexo.
5. Estaba lleno de tablas, pirámides poblacionales6
En base a las estadísticas del Registro, de los 72 casos contabilizados,
sólo deberían haberse presentado 17. Había, cerca de la antena, 55 enfermos
más que el promedio esperado.
A pesar de ello, la doctora Rosalba Fita, una de las autoras del informe
del Registro, enfatizó en desestimar cualquier tipo de estudio geográfico
para diagramar la distribución de enfermos oncológicos. Según ella, en
algunos barrios de la Capital, el alto número de adultos mayores hace
que las proyecciones arrojen índices erróneos.
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No obstante, el argumento de la doctora comenzó a tambalear cuando
fueron comparadas las estadísticas del Indec para la ciudad de Córdoba
con el promedio de edad de los vecinos aledaños a la antena y no se percibieron
diferencias sustanciales para el caso de los adultos mayores.
Por el contrario, el perímetro relevado presentaba mayor cantidad de
habitantes en el rango entre 20 y 29 años, lo que hacía aún más llamativa
la existencia de 55 casos de cáncer por encima de las estimaciones del
Registro
6
Tal vez, como había dicho Barri, algo ocurría alrededor de la antena
Pero, si bien muchos vecinos continuaban apuntando a la torre como
responsable de los casos, había especialistas que proponían una mirada
más prudente.
Al respecto, el biólogo Raúl Montenegro, presidente de la Fundación
para el Medio Ambiente (Funam), titular de cátedra en la Universidad
Nacional de Córdoba (UNC) y premio Nobel Alternativo en 2004, se
pronunció con claridad.
(ver “Comparación rangos etarios...”).8
“En ciudades como Córdoba –explicó– los factores que favorecen la
aparición de enfermedades oncológicas son difíciles de individualizar.
La calidad del agua, la de los alimentos, la presencia de transformadores
de energía, las antenas de telefonía y las de radio, la contaminación del
suelo, suelen ser los más recurrentes”.
– ¿Es correcto atribuir las enfermedades a las radiaciones?
“Nunca vas a poder afirmar que las antenas produjeron cáncer. Lo que
sí se puede decir es que, en un lugar donde hay cierta cantidad de enfermos,
las antenas se presentan como uno de los principales factores de
riesgo”, sintetizó el biólogo.
Las dos “bibliotecas”
“La radiación que descargan las antenas al ambiente puede afectar la salud
humana, a otros seres vivos y al ecosistema”. La postura de Montenegro,
al igual que la de muchos vecinos y la de miles de especialistas
alrededor del mundo, se basa en la existencia de numerosos estudios
científicos que alertan sobre la nocividad de las ondas, aunque estén dentro
de los niveles permitidos por la ley.
Otros expertos, en cambio, sostienen la inocuidad de las radiaciones. Se
conoce a esta controversia como “las dos bibliotecas”.
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El abismo que separa ambas concepciones está marcado por tres cuestiones
fundamentales: por la densidad de potencia con la que trabajan las
antenas; por el tiempo de exposición al que son sometidas las personas;
y por la distancia de los individuos respecto a las torres.
El Ministerio de Salud, que rige los niveles de radiación mediante la resolución
202/95, permite 965 uW/cm2 (micro watts por centímetro cuadrado)
de potencia para las antenas de telefonía. La norma tiene más de
15 años de vigencia y nunca ha sido actualizada o revisada.
9
El índice, basado en estudios de exposiciones a corto plazo avalados por
la Organización Mundial de la Salud (OMS), sólo prevé efectos de calentamiento
corporal y no mide incidencias biológicas a largo plazo. La
OMS sostiene que el organismo humano regula esos efectos térmicos y
el argumento le es suficiente para afirmar la inocuidad de las antenas.
10
En contraste, investigaciones recientes realizadas por otros especialistas,
indican que la exposición continua a esas radiaciones tiene consecuencias
nefastas para el organismo, enumerando desde alteraciones del
ADN, hasta enfermedades oncológicas de las más variadas.
11
Estos estudios, alertan que vivir cerca de una antena o hacer abuso de
los aparatos celulares es altamente peligroso. Además, marcan una diferencia
sustancial: el uso del celular es una cuestión personal, pero recibir
las radiaciones de una estación de base día y noche es algo que se encuentra
fuera de la decisión de los residentes cercanos, pues no cuentan
con un interruptor que pueda desactivar el mecanismo.
Por ello es que, frente al nivel permitido por el Ministerio de Salud (965
uW/cm2), se propone otro, mucho más restrictivo: 0,1 uW/cm2, más de
10 mil veces por debajo de lo sugerido por la OMS.
Austria o Estados Unidos, se obligó a las empresas a trabajar dentro de
éste índice, sin perder por ello la capacidad para mantener funcionando
el sistema de telefonía móvil.
12 En países como
Controles de potencia
Otro punto que diferencia a las dos “bibliotecas” es la forma en que deben
realizarse los controles de potencia de las antenas.
El Laboratorio de Investigación Aplicada y Desarrollo (Liade), dependiente
de la UNC es uno de los organismos con más experiencia de todo
el cono sur en mediciones de radiofrecuencia y es el principal encargado
de realizar controles a nivel local, pero no es el único.
La ley provincial 9.055, autoriza a las telefónicas a realizar sus propias
mediciones. La normativa invita a desconfiar de las empresas, ya que
adquieren facultades legales para controlarse a sí mismas.
13
El ingeniero Ricardo Taborda
referentes de la postura que defiende la inocuidad de las ondas dentro
de los niveles permitidos.
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“El hecho de que exista tal valor no es una cosa que se le haya ocurrido
a alguien perverso. Yo tengo acceso a una base de datos donde hay cerca
de 30 mil estudios”, afirmó el especialista.
Otra “biblioteca” totalmente diferente es la que expuso el ingeniero
Néstor Hugo Mata, también experto en mediciones. Cordobés, radicado
en Bahía Blanca –donde trabaja en la Universidad pública–, el especialista
no sólo alertó sobre la falta de rigurosidad de los niveles permitidos,
sino que también se animó a denunciar intereses monetarios.
14, director del Liade, es uno de los principales15
“La OMS está recibiendo 10 millones de dólares anuales de mano de las
empresas de telecomunicaciones para investigación. Si fija un umbral de
radiación menos tolerante, deja de percibir ese dinero. Se mueve mucha
plata atrás de todo esto”, indicó el experto.
– ¿Cuál es el principal error que se comete durante los controles?
“Las empresas de telefonía, con su forma de efectuar las mediciones,
dan una falsa idea de la densidad de potencia con que se está iluminando
a las poblaciones cercanas a las antenas. En una escuela de Bahía Blanca,
cercana a una antena, pude comprobar que los niveles indicados por
Telecom –que siguieron el protocolo que establece situarse en un punto
fijo para tomar los índices
si se recorría el aula con el instrumento de control”, sostuvo.
El ingeniero incluso comentó sobre una alternativa a las torres. Se trata
de un sistema de tendido de cables coaxiales subterráneos que remplaza
las estaciones, reduciendo así la radiación. Según el especialista, esto se
implementa con éxito en EE.UU. y en algunos países de Europa.
“Ese sistema permite mantener una densidad de campo electromagnético
por debajo de 0.1 uW/cm2”, aseguró Mata. “Lo que pasa es que tiene
un costo relativamente grande, un 20 por ciento más del dinero que actualmente
se destina al sistema por torres”, agregó.
Si bien la proporción parece elevada, hay que tener en cuenta las cifras
millonarias que manejan las telefónicas: sólo en 2009, la empresa líder
en el cono sur –de la cual forma parte Claro Argentina– facturó más de 5
mil millones de dólares.
16– estaban muy por debajo de lo que se detectaba17
Sólo 35 metros
Otro aspecto en el que difieren las dos “bibliotecas”, está constituido
por la distancia que debe tener una antena respecto de lugares poblados.
Mientras que algunos Estados han tomado como medida restrictiva alejar
500 metros las estaciones de zonas residenciales, ciudades como
Córdoba cuentan con una legislación mucho más permisiva: sólo 35 metros
de retiro respecto a otro sitio donde habiten personas.
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Es lo que prescribe la ordenanza 11.032 y su modificatoria 11.086. En
tanto, para establecimientos educativos, guarderías y centros de salud, la
norma establece 100 metros
niños y los ancianos son los más vulnerables frente a las radiaciones.
A pesar de ello, las empresas se niegan a cumplir lo establecido. Justifican
su falta con el argumento, en parte cierto, de que en zonas donde hay
edificaciones en altura es necesario que las torres se encuentren cerca
para que el sistema por células funcione de manera óptima.
Pero en la práctica, suceden cosas muy llamativas. Por ejemplo, en la
zona compuesta por los barrios San Fernando e Iponá – donde se recabaron
los setenta y dos casos de cáncer– el edificio más alto no supera los
dos pisos. Sin embargo, hay más de cinco antenas –dos de ellas en situación
de ilegalidad
Además, la antena por la cual los vecinos reclaman se encuentra emplazada
a dos metros de las medianeras colindantes, lo cual infringe ampliamente
el límite de 35 metros que dispone la ordenanza. Y por si fuera
poco, menos de 100 metros la separan de un jardín de infantes.
18. Investigaciones han demostrado que los19– en menos de 500 metros a la redonda.
A la Justicia
Ante la falta de medidas concretas por parte de las autoridades, la comunidad
inició una batalla legal contra la antena. Impulsada desde la escuela
Dante Alighieri, donde se registra el triste récord de cinco alumnos
enfermos de cáncer en sólo dos años, la iniciativa llevó a que la Municipalidad
ordenara el desmantelamiento de la antena
20.
– ¿Qué hizo el municipio ante el pedido de la institución?
“Vinieron y comprobaron que la estación estaba mal emplazada. Sin entrar
en suspicacias sobre si dañaba la salud o no, intimaron a la empresa
para que en 30 días la desmantele. Esto fue en noviembre de 2007”, recordó
el vicedirector Conesa. Frente a ello, Telecom interpuso un amparo
y la causa terminó recayendo en la Justicia Federal, a manos de la
jueza Garzón de Lascano.
Dos años después –sin haber resuelto la cuestión– la magistrada se jubiló.
Aún no ha habido dictamen. “Al ritmo de la Justicia, podemos llegar
10
a esperar diez años para saquen la antena, y nunca se va a discutir si esas
ondas afectan o no a la salud. Es lamentable”, finalizó el docente.
La abogada que llevó a la Justicia el problema de la comunidad de los
barrios San Fernando e Iponá fue María Belén Aliciardi. Con sólo 32
años, la experta en derecho ambiental y jueza de faltas de Villa Ascasubi,
no es cualquier asesora legal. Cuenta en su currícula con participación
activa en el desmantelamiento de una antena en Villa Ascasubi y
también frustró el emplazamiento de otra en Villa General Belgrano.
21
Para la abogada, debería aplicarse el principio de precaución
exige la adopción de medias de protección antes de que se produzca
un deterioro del medio ambiente, operando ante la amenaza a la salud
y ante la falta de certezas científicas sobre las causas y efectos de las radiaciones.
“Esto está contemplado en el articulo 4 de la Ley General del
Ambiente 25.675, la cual rige en todo el país”, manifestó.
22. Este recurso
– ¿Porqué las empresas desoyen las disposiciones municipales?
“A pesar de que existe una ordenanza que regula esto, la telefónicas argumentan
que la Municipalidad no tiene autonomía para regular en materia
de comunicaciones ni en el uso del suelo porque dicen que son
cuestiones de competencia federal”, explicó.
Usando esa estrategia legal, las compañías interpusieron medidas cautelares
para proteger las torres, hasta que la Justicia se pronuncie. “Mientras
tanto, no se puede desmantelar ninguna antena, incluida la que queda
cerca de la escuela Dante Alighieri, ya que las cautelares fueron a favor
de las telefónicas”, indicó la letrada.
Dos interrogantes
Blanca Nieto escucha a los especialistas y se marea. Poco entiende sobre
argumentos legales. Tampoco sabe de trabas burocráticas ni de índices
de radiación. Mucho menos acerca de principios precautorios o de
ordenanzas municipales.
La médica que escribió aquel listado de enfermos que despertó la investigación
por los casos de cáncer en los barrios San Fernando e Iponá sólo
se preocupa por la salud de los vecinos.
Mientras camina por las calles de la zona, como lo hace habitualmente,
se asoma hasta el alambrado que rodea al Colegio Dante Alighieri.
Adentro, en el patio, juega a un grupo de niños. Tras ellos, fuera de los
límites del colegio, cruzando la calle, una estructura rojiblanca enorme
se eleva por el cielo y lo tiñe de negro. “Es la ‘vecina’ a la que todos temen
–piensa en voz alta– y, al parecer, llegó para quedarse”.
Invadida por la impotencia, agacha la mirada y sigue su caminata. Pero
dos preguntas aún retumban en su cabeza. ¿Por qué enfermaron de cán11
cer setenta y 72 cercanos a la antena de telefonía? ¿La salud de los ciudadanos
vale menos que la rentabilidad de las grandes empresas?
Fuentes consultadas y aclaraciones:
1
Fernando e Iponá y con la colaboración de la epidemióloga y especialista en salud pública, Dra. Laura Sarale.
Considerando punto central la antena de la calle Quirno Costa, se trazó un radio de 400 metros, dentro del cual se
buscó consultar, uno a uno, todos los domicilios.
Relevamiento realizado por Fabio Contreras .y Matías Gatica. con autorización expresa del Centro Vecinal San
2
2004.
“Influencia de la cercanía de una antena de telefonía móvil sobre la incidencia del cáncer”. Naila, Alemania,
3
Conesa, José. Vicedirector del nivel primario de la Escuela Dante Alighieri.
4
Barri, Horacio. Epidemiólogo, ex secretario de Salud de la Municipalidad de Córdoba.
5
de tumores de la provincia de Córdoba.
Análisis epidemiológico de la distribución del cáncer en Córdoba (período 2004-2006), presentado en 2008. Registro
6
de los dispensarios de la zona y los resultados de nuestro propio relevamiento. Tal como se hizo para
elaborar el informe del Registro, se tomó como referencia el censo nacional de 2001, ya que los datos del censo
2008 no estaban disponibles aún.
Promedio de enfermos obtenido por entrecruzamiento de los Registros poblacionales del Indec según áreas programáticas
7
Fita, Rosalba. Médica. Encargada del Registro de tumores de la provincia de Córdoba.
8
Montenegro, Raúl. Biólogo. Presidente de Funam. Director de cátedra en la UNC. Premio Nobel alternativo 2004.
9
Resolución 202/95, Ministerio de Salud y Acción Social de la Nación
10
Nota descriptiva número 123, OMS, 2000.
11
a decir que la mayoría de ellos se encuentran recopilados en el libro “Ambientalismo II: la electropolución. Contaminación
por antenas de telefonía celular”. El País, Buenos Aires, 2008.
Enumerar la gran cantidad de estudios excedería ampliamente los límites de este trabajo Por ello, nos limitaremos
12
Principio ALARA (As low as reasonably achiveale)
13
Ley provincial número 9.055.
14
Taborda, Ricardo. Ingeniero. Director de Liade, UNC.
15
Blanca.
Mata, Néstor Hugo. Ingeniero. Especialista en Comando y Control. Titular de Cátedra en la Universidad de Bahía
16
Comisión Nacional de Comunicaciones (CNC). Protocolo para realizar mediciones de radiofrecuencia.
17
Datos oficiales, brindados por América Móvil. Multinacional mejicana.
18
Ordenanza 11.032 y 11.086 (modificatoria). Municipalidad de Córdoba.
19
Expediente 228061-09. Departamento de Arquitectura de la Municipalidad de Córdoba.
20
Córdoba.
Expediente D.C 30-04-018-004 folio 51. Dirección de Obras Privadas y Uso del Suelo de la Municipalidad de
21
María Belén Aliciardi. Abogada experta en derecho ambiental Jueza de Faltas de Villa Ascasubi, Córdoba.
22
Principio precautorio. Ley general de ambiente (25.675).

2 comentarios:

  1. FELICITACIONES CHICOS POR LA NOTA Y POR EL PREMIO!!!! ME ALEGRO HABBER SERVISO PARA LA INVESTIGACION! GRACIAS POR CITARME!! SALUDOS
    MARIA BELEN ALICIARDI

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  2. triste realidad. aca en paraguay los ingenieros ambientales, jueces y la municipalidad. estos corruptos son comprados por las empresas de telefonia y no creo que se pueda con estos porque el dinero compra todo, lastimosamente. en mi barrio se ha puesto una antena de telefonia movil y solo en la manzana donde vivo hubo una muerte por cancer y otra que lucha por esa emfermedad

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